sábado, 5 de marzo de 2016

La Divina Comedia

Primer Canto.

Dante anda perdido en la selva del pecado. Un leopardo (símbolo de la lujuria), un león (la soberbia), y una loba (la codicia) le cierran el paso y están a punto de atacarle, impidiéndole abandonar la selva y subir a la montaña que simboliza la salvación. Ante él aparece un hombre al que Dante solicita protección. Este hombre es Virgilio, quien invita a Dante a seguirle  si desea escapar de esos peligros. Virgilio le anuncia que es difícil escapar de la loba (la codicia) pero que llegará un día que vendrá un Lebrel que matará a la loba y acabará con su pecado. Dante y Virgilio emprenderán un viaje por el Infierno, el Purgatorio, y el Paraíso. Virgilio sólo le podrá acompañar por los dos primeros porque al no haber conocido la ley de Cristo le está vedada la entrada en el Paraíso y también porque Virgilio simboliza la razón y para llegar a Dios la razón no es suficiente si no va acompañada de la fe. Cuando lleguen al tercero otra alma le guiará hasta llegar a Dios.
Dante expresa su decisión de acompañarle y emprenden el camino.

El rey Arturo

 La leyenda del rey Arturo comienza desde su nacimiento, el real y el ficticio. El rey Uther se enamoró de Ingerna, que estaba casada con el rey del lugar, Gorgolis. Como la reina Ingerna no correspondía a Pendragón, éste utilizó la magia de Merlín para que le confiriese el aspecto del rey Gorgolis y así engañar a la inocente Ingerna. De este engaño, la reina seducida quedó embarazada. Embarazada del que posteriormente sería el rey Arturo.
El rey Gorgolis no tardó en fallecer, y Uther consiguió desposar a la viuda legitimando así al hijo común.
Arturo fue entregado a Sir Héctor por Merlín para que lo adoptara como su hijo. Con el paso del tiempo, cuando Arturo cumplió 16 años, Sir Héctor lo llevó con su propio hijo Sir Kay a Londrés, donde multitud de caballeros luchaban por liberar una espada de una cárcel de piedra, sin éxito. Según contaba la leyenda, el que lograra liberar la espada sería el  nuevo rey de toda Bretaña. Cuando Arturo se acercó a ésta e intentó liberarla , lo pudo hacer sin ningún esfuerzo e inmediatamente fue declarado Rey.
Arturo reinó acompañado de numerosos caballeros como Perceval, Gawain y Lancelot. (Y por supuesto el gran mago Merlín). Arturo se casó con Ginebra, la cual le engañó con Lancelot.. Sin embargo, el rey Arturo tuvo un romance con su hermanastra Morgana, quien quedó  embarazada y nació Mordred. Éste, dejó en evidencia el romance entre Ginebra y Lancelot, noticia ante la cual Arturo ordenó que Ginebra pereciera en la hoguera. Sin embargo ésta fue rescatada por Lancelot y ambos huyeron hacia Francia. Arturo, repleto de indignación, salió a perseguirlos dejando el reino en manos de su hijo Mordred. Cuando Arturo regresó  a Camelot, Mordred no quería entregarle el trono, y  le dijo que luchara por recuperarlo. Ambos se sumergieron en una feroz lucha en la que el padre mató a su hijo, no sin que antes éste lo hiriera de muerte.


De este amor nació Arturo que fuera entregado a Sir Héctor por Merlín para que lo adoptara como su hijo. Con el pasar del tiempo, Arturo cumplió los16 años, y Sir Héctor lo llevó con su propio hijo Sir Kay a Londres, donde muchos caballeros luchaban por liberar una espada de una cárcel de piedra, pero no tenían éxito. Según contaba la leyenda, el que lograra liberar la espada sería el nuevo Rey de toda Bretaña. Cuando Arturo se acercó a esta e intentó liberarla, lo pudo hacer sin ningún esfuerzo, y de inmediato fue declarado Rey.

Fuente original: http://leyendascortasparaninos.blogspot.com/2014/07/la-leyenda-del-rey-arturo.html
De este amor nació Arturo que fuera entregado a Sir Héctor por Merlín para que lo adoptara como su hijo. Con el pasar del tiempo, Arturo cumplió los16 años, y Sir Héctor lo llevó con su propio hijo Sir Kay a Londres, donde muchos caballeros luchaban por liberar una espada de una cárcel de piedra, pero no tenían éxito. Según contaba la leyenda, el que lograra liberar la espada sería el nuevo Rey de toda Bretaña. Cuando Arturo se acercó a esta e intentó liberarla, lo pudo hacer sin ningún esfuerzo, y de inmediato fue declarado Rey.

Fuente original: http://leyendascortasparaninos.blogspot.com/2014/07/la-leyenda-del-rey-arturo.html
(Esta leyenda toma su base en otras similares, donde alguien se transfigura en otro alguien para conseguir su objeto de deseo. Como en el caso de Júpiter, quien adoptó la apariencia del marido de Alcmena, dando a luz así a Hércules.)

¿Leyenda o realidad?
 Según las fuentes históricas más fiables, se data en el siglo VI de nuestra Era el nacimiento de Arturo.
No obstante, los documentos en los que queda constancia de la existencia del hombre, no del personaje, son de tres siglos más tarde.
Y dichos textos proceden de la tradición oral transcrita sobre el papel. En un principio, Arturo ni siquiera es rey, aparece como "Dux Bellorum", es decir, caudillo militar. Lo cierto es que, en el hipotético, ficticio o real reinado de Arturo, Inglaterra vivió en paz, algo que duró doce largos años medievales.

 



lunes, 2 de noviembre de 2015

Mito de las sirenas.

En la Odisea (XII, 39) Ulises preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas tapándoles los oídos con cera.  Deseoso de escucharlas él mismo, se hizo atar a un mástil para no poder arrojarse a las aguas al oír su música.

miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Qué es el tiempo?

Sinceramente creo que el tiempo no es algo tan sencillo como una cuestión de ser o no ser, a pesar de tener el inmenso poder de hacernos desaparecer de un instante a otro; o por el contrario, el poder de que lleguemos a ser algo más que un vacío. El tiempo es? O simplemente se trata de aquello que nos consume y destroza, hasta el punto de arrebatarnos nuestra última gota de vida? Es cierto que el tiempo fluye, vuela, pasa por delante de nuestros ojos en un intento cruel y despiadado de obligarnos a presenciar nuestro propio desgaste. Y quizá nuestra vida tan sólo se trate de una especie de corredor de la muerte, en el cual esperamos aterrorizados, ansiosos, esclavos del paso del tiempo y de la incertidumbre de nuestro propio final.  Un final que puede encontrarse a la vuelta de la esquina, dentro de 5 min, o al cabo de 50 años. No importa. Todos acabaremos convertidos en cenizas, en polvo, en olvido. Y, es cierto, por muy duro que suene, todo es cuestión de tiempo.
No seremos eternos, la eternidad tan sólo es algo que hemos fingido creernos para no sentirnos tan frágiles. Pero, ¿por qué temer a la muerte y no a la vida? Nuestra tendencia humana de temer a lo desconocido, quizá nos haya jugado una mala pasada. Tal vez, y sólo tal vez, creamos conocer más de la vida de lo que conocemos de la muerte. Pero.. ¿Cómo vamos a conocer la vida si apenas nos conocemos en profundidad a nosotros mismos? ¿quién nos asegura que la realidad es aquello a lo que nosotros llamamos realidad? ¿Y que no se trata tan sólo de un espejismo o de una ilusión formada por todo aquello en lo que creemos?
  Tal vez a lo que llamamos vida, se trate tan sólo de un período de tiempo que utilizamos para asumir que nos estamos muriendo. Un período de tiempo en el cual sentimos, experimentamos, crecemos, cambiamos, maduramos..
Somos el reflejo de lo que cada instante ha provocado en nosotros. Somos nuestros traumas, y esos momentos impactantes grabados en nuestras retinas. Somos esos 3 maravillosos minutos escuchando nuestra canción favorita. Somos las cicatrices que nos ha dejado el pasado, y aquella mancha de carmín perdida en la piel de algún imbécil. Somos, inevitablemente, resultado del tiempo que hemos invertido en este mundo, en esta vida, y en cada uno de nuestros respectivos cuerpos. El tiempo  transcurre, sin parar, poderoso,  recordándonos que la vida se nos escapa entre los dedos, y que un segundo puede ser suficiente para hacernos desaparecer. Para siempre. Sin billete de vuelta posible.  Haciendo que nos planteemos si algo en este mundo tiene algún sentido, (o si el sentido hemos de dárselo nosotros); si estamos viviendo intensamente, o si por lo contrario tan sólo respiramos; y, si de verdad estamos apreciando el valor de cada instante, o en cambio estamos sentados viendo como el tiempo pasa de largo. Y con él, la vida. 
Por lo tanto, sería una locura afirmar que el tiempo puede tratarse de una sola respuesta, cuando es el centro de la mayor parte de nuestras dudas, preguntas, y miedos.